GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
Periodista, editor y escritor colombiano nacido en Aracataca (Magdalena), el 6 de marzo de 1927; es conocido universalmente como Gabo. Su familia abandonó esta población atlántica para trasladarse a Bogotá. Hijo de Gabriel Eligio García y de Luisa Santiaga Márquez Iguarán. Fue criado por sus abuelos maternos, el coronel Nicolás Márquez y Tranquilina Iguarán, en Aracataca.
Su infancia está bellamente relatada en sus memorias Vivir para Contarla. En 1936 murió el coronel Nicolás Márquez, motivo que desplazó a Gabriel García Márquez a Sucre con sus padres, para meses después trasladarse a Barranquilla a estudiar. Cursó los primeros grados de secundaria en el Colegio San José desde 1940 para luego viajar a Zipaquirá a culminar su bachillerato en el Liceo Nacional con una beca, hasta 1946.En 1947, García Márquez se mudó a Bogotá con la intención de estudiar Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Nacional de Colombia (Bogotá), carrera de la que desertó.
Después del llamado "Bogotazo" en 1948, cruentos disturbios que se desataron el 9 de abril a causa del asesinato del líder popular Jorge Eliécer Gaitán, cuando se quemaron algunos de sus escritos en la pensión donde residía, decidió trasladarse a Cartagena de Indias y empezó a trabajar como reportero de El Universal. A finales de 1949 se traslada a Barranquilla para trabajar como columnista y reportero en El Heraldo. Por petición de Álvaro Mutis, García Márquez regresó a Bogotá en 1954, donde trabajó en El Espectador como reportero y crítico de cine. En 1958, tras una estancia en Europa, García Márquez regresó a América, instalándose en Venezuela.
En Barranquilla se casó con Mercedes Barcha, con la que pronto tendría dos hijos, Rodrigo (que nació en Bogotá en 1959) y Gonzalo (que nació en México tres años más tarde). En 1961 se instaló en Nueva York como corresponsal de Prensa Latina. Al recibir amenazas y críticas de la CIA y de los exiliados cubanos, que no compartían el contenido de sus reportajes, decidió trasladarse a México.
En 1967, el escritor, García Márquez, publicó su obra más aclamada, Cien años de soledad, historia que narra las vivencias de la familia Buendía en Macondo.
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MARIO VARGAS LLOSA
Mario Pedro Vargas Llosa, hijo de Ernesto Vargas Maldonado y Dora Llosa Ureta, nació un domingo 28 de marzo de 1936 en la ciudad de Arequipa (Perú). Sus padres ya estaban separados cuando vino al mundo y no conocería a su progenitor hasta los diez años de edad.
Sus estudios primarios hasta el cuarto grado los realiza en el colegio La Salle de Bolivia. En 1945 regresa junto con su familia a Perú, donde termina su primaria. Los primeros años de educación secundaria los lleva a cabo en el colegio la Salle de Lima.
El reencuentro con su padre tiene una importante significación en la conducta del adolescente Vargas Llosa. El tercer y cuarto año los realiza en el colegio de formación militar Leoncio Prado. Finalmente culmina sus estudios en San Miguel de Piura.
En 1953 regresa a Lima. Ingresa a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde estudia Letras y Derecho. Su opción no fue aceptada por su padre, por lo que fue una etapa sumamente difícil, más aún cuando a los dieciocho años decide contraer matrimonio con su tía política Julia Urquidi, lo que aumentó sus urgencias económicas.
Paralelamente a sus estudios desempeña hasta siete trabajos diferentes: redactar noticias en Radio Central (hoy Radio Panamericana), fichar libros y revisar los nombres de las tumbas de un cementerio, son algunos de ellos. Sin embargo, sus ingresos totales apenas le permitían subsistir. En 1959 parte rumbo a España gracias a la beca de estudios "Javier Prado" para hacer un doctorado en la Universidad Complutense de Madrid; así, obtiene el título de Doctor en Filosofía y Letras. Luego de un año se instala en París.
Al principio su vida en la ciudad de la luz transcurre entre la escasez y la angustia por sobrevivir, por lo que acepta trabajos que, o bien lo mantenían en contacto con su idioma a través de la enseñanza o le permitían trabar amistades literarias
Los esfuerzos por llevar a cabo su vocación literaria dan su primer fruto cuando su primera publicación, un conjunto de cuentos publicados en 1959 con el título Los jefes, obtiene el premio Leopoldo Arias.
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JULIO CORTÁZAR
Julio Cortazar nació el 26 de agosto de 1914, hijo de Julio Cortázar y María Herminia Descotte ambos de nacionalidad argentina, en Bruselas, Bélgica donde su padre se desempañaba en la delegación comercial de la embajada argentina. Cuando la Primera Guerra Mundial finalizó, la familia regresó a la Argentina y se instalo en Banfield, localidad en las afueras de Buenos Aires. Allí transcurrió su infancia, marcada por su temprana afición por la lectura, por la figura estimulante de su madre, por la compañía de su hermana y por el abandono de su padre.
Cuando sólo tenía nueve años, escribió sus primeros ejercicios literarios, una novela y un conjunto de poemas inspirados en un amor adolescente y en el universo fantástico de la obra de Edgar Allan Poe.
Estudió en la Escuela Normal Mariano Acosta y se recibió como maestro en 1932. Entre 1935 y 1937 siguió estudios para especializarse como profesor de letras e ingresó a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, pero sólo llegó a terminar el primer año, pues las urgencias económicas de su familia lo obligaron a trabajar.
Así, desde 1937 hasta 1944 se desempeñó como profesor de secundaria en Bolívar y Chivilcoy, al interior de la provincia de Buenos Aires.
Durante esa etapa llevó una vida solitaria, lo que dio lugar a que ahondara en sus lecturas. Se inclinaba de manera especial por las literaturas inglesa y francesa, aunque no dejaba de frecuentar la italiana, la norteamericana y la alemana. Fue en esos años cuando se forjo la vasta cultura libresca que exhibió en su obra. Pero en esa época, Cortázar no sólo leyó, también escribió y fue así como en 1938 publicó por primera vez. No se trato de un texto narrativo sino de un conjunto de sonetos al que tituló Presencia y que firmó como Julio Denis. Ese poemario tuvo un limitadísimo tiraje y hoy constituye una pieza de colección; pues no volvió a editarse. Además, en ese libro definió su interés por la exploración de lo íntimo del ser humano a través de la palabra y más importante aún, descubrió su inclinación hacia lo fantástico.
A menudo se habla de Cortázar como un caso atípico en la literatura de su país, pero precisamente en la época de Presencia, formó parte del grupo de escritores que se llamó Generación del 40. Su primer medio de expresión fue la revista Canto, de la que aparecieron solamente dos números, en junio y julio de 1940. La reemplazó Huella en 1941, pero corrió con la misma suerte que su antecesora.
Entre 1944 y 1945, Cortazar dictó el curso de literatura francesa en la Universidad de Cuyo, en la provincia de Mendoza. Renunció a esa actividad para mantenerse fiel a sus ideales políticos: Juan Domingo Perón había ganado las elecciones presidenciales. Ese mismo año regresó a Buenos Aires y allí trabajo en la Cámara Argentina del Libro. Desde muy joven había soñado con viajar a Europa, en especial a Francia y así, en aproximadamente nueve meses, estudio la carrera de traductor público. Por ese entonces comenzó a publicar en Sur, la revista dirigida por Victoria Ocampo, algunos cuentos como Circe, Carta a una señorita en Paris, Casa Tomada, Bestiario y Lejana, además de artículos críticos y reseñas. También tradujo obras de autores como Chesterton, Gide, Defoe, Keats y Yourcenar.
En 1949 apareció la edición de Los reyes, texto dramático en el que recreo el mito griego del minotauro y el laberinto. Allí, el minotauro es un monstruo, pero este es poseedor del don del lenguaje, que lo convierte en héroe. En Los Reyes aparecen los primeros rasgos de la obra de Cortázar: la búsqueda del hombre primigenio, del hombre inocente aún no mencionado por la cultura, del hombre libre que puede renacer en el hombre contemporáneo.
Pero fue en 1951 que apareció de lleno el Cortázar definitivo en Bestiario, conjunto de relatos publicado bajo e sello del editorial Sudamericana.
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CARLOS FUENTES
Nace el 11 de noviembre de 1928 en Panamá en donde su padre comenzaba su carrera diplomática como representante de México.
En los años treinta su padre fue asignado como embajador de México en Washington D.C. creciendo en medio del vibrante mundo americano de esa década. Ahí, al lado de su padre, estudió la Historia y Geografía de México. En su imaginación fabricaría un México similar a la tierra de Oz. Al menos así parecía a la vista de un joven mexicano, hijo de un diplomático y viviendo en un hotel de lujo en la 16th street de Washington con una vista majestuosa del Meridian Hill Park.
En aquella época Fuentes encontró en la lectura de Mark Tawin, en las imágenes de las películas y los diarios la capacidad de mezclar ilusiones con un corazón que latía verdad, auto celebración de triunfos.
En su escuela, una escuela pública, se reflejaban estas realidades en las que había que creer. Creyó entonces en una democracia que se iniciaba en su salón de clases, mundo en el cual, por supuesto, él participaba con una parte democráticamente importante. "En E.U.A. es importante, a cualquier edad y en cualquier ocupación, el ser "popular". No he conocido otra sociedad en la que la disciplina mantenga una alta estima. Yo era popular. Yo era "normal".
Pasarían varios años para que Fuentes lograra descubrir la realidad de la tierra mexicana. Mientras tanto vivió en Chile y Buenos Aires en donde tuvo un acercamiento importante con grandes personalidades de la esfera cultural, como Pablo Neruda y David Alfaro Siqueiros entre otros.
Llega a México a la edad de 16 años donde estudió la Preparatoria.
Se inició en el periodismo como colaborador de la revista "Hoy" y obtuvo el primer lugar del concurso literario del Colegio Francés Morelos.
Posteriormente obtiene el titulo de Licenciado en Derecho por la UNAM.
En 1950 viaja a Europa y realiza estudios de Derecho Internacional en la Universidad de Ginebra. Aquí logró complementar su perspectiva literaria: La épica moderna había sido la épica de la primera persona del singular, del Yo de San Agustín a Abelard, a Dante, Rosseau, Stendhal, Proust, Joyce.
A su regreso a México, Fuentes descubría en sí mismo que su verdadero bautismo se lograba en la idea de que no importaba a dónde fuera, el español debía ser la lengua de su obra y Latinoamérica la cultura de su lengua. Para entonces Octavio Paz había escrito dos libros que daban un nuevo perfil a la literatura mexicana: "Libertad bajo palabra" y "El laberinto de la Soledad" obras que influyeron notablemente las perspectivas de Fuentes. De su amistad con Paz aprendió que no existían culturas, razas, ni políticas privilegiadas; que nada debía apartarse de la literatura porque nuestro tiempo vivía el momento de las mortales reducciones.
Para la generación de Fuentes, el problema no consistía en descubrir la modernidad de México sino su tradición. El pasado se encontraba brutalmente dañado por la enseñanza petrificada que se impartía en las escuelas secundarias; predominaban formas grotescas de nacionalismo. Un maestro marxista le dijo en una ocasión que leer a Kafka era antinacionalista; un crítico fascista le dijo lo mismo y un autor mexicano que daba una pomposa lectura en Bellas Artes juzgaba a los lectores de Proust como prostituidos.