Literatura de la Onda

Durante la segunda mitad de la década de los sesenta se difundió en México un movimiento literario llamado “la Onda”, formado por jóvenes que pretendían cierta ruptura con la literatura tradicional a través, sobre todo del lenguaje.  Aspectos como la guerra de Vietnam, la descreencia en la autoridad, el amor como “contraeslogan” de la violencia, influenciaron, sin duda, este movimiento llamado, por algunos, de contracultura.  
   La mayoría de los cuentos y relatos que se atribuyeron como insertos en “la Onda” tenían como protagonistas a jóvenes citadinos que incluían en su forma de expresarse el ritmo de la música pop y un gran manejo de ironía, humor y albures. También el habla de la frontera y el habla de los delincuentes de los años cuarenta fueron incorporadas a los textos de estas manifestaciones literarias.  Se buscaba desarrollar un nuevo tipo de lenguaje realista que apelara más a los sentidos que a la razón y que aludiera sin inhibiciones al erotismo, fiestas, “rolas”  y formas idiomáticas de lenguaje.



específicamente a mediados de la década de los sesenta con la publicación de La tumba de José Agustín en 1964. Las obras de esta corriente gozaron de gran popularidad entre la juventud de la época y fueron criticadas de manera negativa por la perspectiva adulta (hay que tener en cuenta que en esa época la juventud era bastante marginada ya que su idiosincrasia contrastaba enormemente con las buenas costumbres). Los principales exponentes de esta corriente literaria son los escritores José Agustín, Gustavo Sainz y Parménides García Saldaña.


La mas directa influencia de la literatura de la onda es la literatura beat que se dio en Estados Unidos, surgida en 1958 con la publicación de En el camino de Jack Keroauc (posteriormente surgirían escritores como Allen Ginsberg o Neal Cassady). La literatura beat se caracterizo por la critica que hacia a diversos problemas existentes en la sociedad vista desde un ángulo inexplorado (el de los jóvenes) y la forma en que estos los evadían, y el lenguaje coloquial o jerga popular que se usaba en esta. Drogas, sexo y rocanrol no es una manera muy acertada de definir la esencia de esta literatura, ya que; si bien estos temas están íntimamente ligados con esta corriente.



Esta corriente literaria fue llamada así por Margo Glantz, una critica literaria; que la nombró así de manera despectiva, al considerar a esta literatura de pobre calidad y de lenguaje soez. Quizás por que no llego a comprenderla. Fue llamada de “La Onda” por el lenguaje coloquial desarrollado en esa época por los jóvenes: la palabra onda representaba una amplia gama de usos: ¡Que onda!, ¡Que mala onda!, ¿Qué onda es esa?, Esta en onda, Date un toque; éntrale a la onda. Este fenómeno es bastante comparable a lo que vivimos actualmente con la palabra pedo (¡Que pedo!, ¡Estoy metido en un pedote!, Pues ya ni pedo).